Yerba Loca - Glaciar La Paloma

La Cordillera de Los Andes es uno de los iconos más importantes para nuestro país, esta nos acompaña de norte a sur pero es vista como una enorme muralla que impide el paso, sin embargo, existen diversos puntos de acceso a esta, uno de ellos es la ruta G-21 conocida popularmente como “camino a farellones”, que en la curva 15, kilómetro 25 aprox., se encuentra el acceso al Parque Cordillera Yerba Loca, ubicada dentro del Santuario de la Naturaleza que lleva su mismo nombre.

Yerba Loca se caracteriza por ser un largo valle de aproximadamente 17 kilómetros desde el acceso hasta el Glaciar La Paloma, los primeros 3 kilómetros pueden ser recorridos en auto para llegar a Villa Paulina en donde se puede estacionar y proveer de agua ya que al adentrarse al Valle, esta comienza a escasear.

La Ruta hacia el glaciar comienza en Villa Paulina, base del Parque Yerba Loca. Al salir de la Villa nos comenzamos a internar poco a poco en el valle a través de un sendero de baja dificultad paralelo al estero Yerba Loca, el cual presenta un color verdoso producto de los sedimentos del glaciar, lo cual hace que su agua no sea potable.

En la primera parte de camino nos encontramos con matorrales y algunos árboles de mayor tamaño, vegas y riachuelos para proveernos de agua, y fauna como el  picaflor cordillerano, lagartija parda, cururo, cóndor, la turca y la perdicita cordillerana.

Ya internándose en el valle, dejamos de ver Villa Paulina, pasamos el sector de Los Hornitos (km.4,2) y la vegetación cambia notablemente, ya no hay arbustos ni árboles de mayor escala, todo está a ras de suelo. La ruta continúa siendo amigable, con un poco más de pendiente y sin sombra. Aquí tenemos el último punto de agua potable del sendero.

Al llegar al sector de La Lata (km. 8,3),  nos encontramos con una gran explanada en donde se puede acampar. Existen varias pircas para armar nuestro campamento y protegernos del viento. 

De aquí en adelante el sendero no varía mucho en términos de flora, ya que predomina la Llareta y especies cactáceas de menor tamaño en las zonas secas, así como herbazales de diferentes variedades en las zonas húmedas. En cuanto a fauna nos acompaña el Cóndor, el cometocino y el Chincol. La ruta se vuelve más árida y ventosa, sin embargo la pendiente es suave hasta llegar al sector de Las Cascadas (km. 10,8) con agua proveniente también de glaciar por lo que no es potable.

El tramo de Las Cascadas a Piedra Carvajal es el más complejo en términos de pendiente, se sube por un zigzag en las rocas pero al llegar arriba la vista al valle tanto, inferior como superior son impresionantes. Hacia el sur vemos todo lo que ya hemos recorrido, siempre definido por el estero Yerba Loca y los gigantes montañosos que lo enmarcan. Hacia el norte alcanzamos a ver la cumbre La Paloma y la ruta que nos queda por delante. Al Oriente los Glaciares de Roca, hielos verticales en grietas entre El Falso Altar y el Cerro La Leonera. Al Poniente el Cerro Los Piches

Ya en Piedra Carvajal (km. 12) encontramos bofedales; humedales en altura, siempre verdes, los cuales se nutren de aguas subterráneas o deshielos durante todo el año. Es una superficie blanda y muy húmeda con pequeñas lagunas de las que no se puede extraer agua para beber ya que puede estar estancada por mucho tiempo.

En la orilla de este herbazal podemos armar nuestro campamento, que al igual que en el sector la lata, existen pircas para protegernos del viento.

Al día siguiente, retomamos la caminata hacia el mirador del glaciar (km. 14,2), el primer tramo no tiene dificultad, es bastante plano y la huella clara. Comenzamos a subir al lado del estero en donde podemos ir viendo diferentes colores en la superficie debido a los minerales que trae el agua y el hielo producto del frío de la noche anterior.

Al llegar al Mirador observamos hacia el norte casi en su totalidad el Glaciar La Paloma, la cumbre del Cerro Altar (5.180 msnm) y otras cumbres de los gigantes rocosos. Hacia el sur podemos ver el valle tallado por el Estero Yerba Loca, al Oriente El Falso Altar y al Poniente el Cerro San Francisco. Aquí ya no existe vegetación ni fauna aparte del cóndor, solo se escucha al viento.


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